Proyectos Universitarios
Clasificación racial en la antropología y la medicina mexicanas del siglo XX
Carlos López Beltrán
Instituto de Investigaciones Filosóficas
Área de las Humanidades y de las Artes

Datos curatoriales

Nombre de la colección

Proyectos Universitarios PAPIIT (PAPIIT)

Responsables de la colección

Ing. César Núñez Hernández; L.I. Ivonne García Vázquez

Colección asociada

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Responsables de la colección asociada

@collection_responsible@

Dependencia

Dirección de Desarrollo Académico, Dirección General de Asuntos del Personal Académico (DGAPA)

Institución

Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

Identificador único (URN)

DGAPA:PAPIIT:IN405609

Datos del proyecto

Nombre del proyecto

Clasificación racial en la antropología y la medicina mexicanas del siglo XX

Responsables

Carlos López Beltrán

Año de convocatoria

2009

Clave del proyecto

IN405609

Dependencia participante

Instituto de Investigaciones Filosóficas

Palabras clave

@keywords@

Área

Área de las Humanidades y de las Artes

Disciplina

Filosofía

Especialidad

Filosofía de las ciencias de la vida

Modalidad

@modality@

Síntesis

En el marco de un trabajo grupal de más amplio aliento y alcance en el campo de la filosofía de la nueva genética, emprendido por el grupo de filosofia de la biología con sede en el Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM, este proyecto se propone realizar una investigación sobre la manera en la que han interactuádo en diferentes situaciones de investigación antropológica, médica y biológica, las nociones canónicas de las razas humanas y las expectativas teóricas y culturales de los científicos. La investigación se centrará sobre tres estudios de caso, interconectados, en los que prominentes investigadores, o grupos de investigación, en antropología, medicina y genética, emprendieron (en distintos momentos históricos) analisis de la configuración racial de la población mexicana, y de su mestizaje. Una parte crucial en el desarrollo de la investigación será la reconstrucción de los entornos nacionales, e internacionales, científicos y culturales, en los que estos proyectos se desarrollaron. La mayor parte de los investigadores y estudiantes que colaborarán en este proyecto aportarán distintos elementos, desde la historia y la filosofía de la ciencia, para construir colectivamente este gran marco interpretativo y descriptivo. Los tres estudios de caso se centran en el antropólogo hispano-mexicano Juan Comas (XX-XX),en el genetista Rubén Lisker, y en más reciente proyecto del grupo situado en el Instituto Nacional de Genómica Médica (INMEGEN). En los tres casos hemos encontrado una rica combinación de proyectos científicos de alcance internacional insertados en un contexto histórico y cultural peculiar: el del mestizaje mexicano, y su ideología. Al elegir tres periodos y tres estilos de investigación diferentes, que sin embargo tienen vínculos claros, aspiramos a encontrar las patrones comunes y las diferencias, y a elucidar los componentes disciplinares y los contextuales de una manera plausible.

Contribución

En el contexto de la expansión colonialista europea, la constitución y normalización de las prácticas nomenclaturales y clasificatorias de la Historia Natural que culmina en el siglo XVIII resultan fundamentales en la constitución de la biología moderna. Como especialidades centrales de la biología comparativa, en la versión que conocemos hasta nuestros días, la taxonomía y la sistemática adquieren normatividades de alcance universal, permitiendo no sólo la aprehensión ordenable de características biológicas de las plantas, animales y demás seres que aparecen por primera vez en el horizonte del naturalista occidental, sino también poniendo al alcance de las metrópolis maneras de control y explotación de lo natural biológico. Al formar parte de este nuevo mundo así descubierto, la actividad naturalista ligada a los intereses coloniales consolida el estudio científico del ser humano en el concierto clasificatorio de las especies animales. Alimentado por tradiciones médicas y otros saberes dispersos, algunos de corte materialista y otros eminentemente religiosos, la objetivación de las características observables de los diferentes grupos humanos de los que se va teniendo noticia en los centros europeos de acumulación de conocimiento permite que Linneo bautice Homo sapiens dentro de la Clase Primates en su obra Systema Naturae (cuya primera edición es publicada en Holanda en 1735). A este momento, en el cual se fijan unos significados que han de funcionar como antecedentes importantes en la profundización de las visiones materialistas sobre lo biológico humano que tiene lugar principalmente en Francia, le sigue un periodo prolongado de negociación de fronteras entre lo humano y lo natural. Esta negociación, que acompaña permanentemente la constitución del pensamiento evolucionista en la Inglaterra victoriana, habrá de reflejarse también en la serie de sesgos y prejuicios que el hombre europeo manifiesta, hasta bien entrado el siglo XIX, con respecto a los hombres de otras procedencias geográficas, a quienes en repetidas ocasiones trata de ubicar como pertenecientes a razas disjuntas. La proliferación de un sinnúmero de hipótesis sobre el origen del hombre, muchas de ellas sesgadas por estas creencias, a su vez son constitutivas de la tensión inherente que subyace a los proyectos de la antropología y etnología ‘científicas’. Durante las décadas de los 50 y 60, la UNESCO emitió una serie de documentos argumentando a favor del destierro de la noción de ‘raza’ del discurso científico, tanto en antropología como en otras disciplinas (documentos de corte similar serían producidos en años posteriores por la Asociación Americana de Antropología). La iniciativa de UNESCO sobre raza fue impulsada principalmente por un grupo de antropólogos físicos y genetistas de poblaciones ligados de manera estrecha al establecimiento del núcleo paradigmático de la biología evolutiva –la así llamada ‘Síntesis Moderna’. En el contexto americano, el antropólogo físico Juan Comas -quien llegó a México como parte del exilio español, estableciéndose aquí como uno de los expertos internacionales en el grupo humano ‘amerindio’- fue una figura importante en los debates con aquellos colegas antropólogos que no sólo no consideraban razonable dejar de hablar de particiones objetivas dentro de la especie humana, sino que además mantenían que dicha interpretación científica justificaba el racismo. El ‘racialismo’ de Comas y otros antropólogos, si bien es totalmente opuesto al racismo, contrasta con la posición decididamente ‘anti-racialista’ de genetistas de poblaciones como Richard Lewontin, quien en los años 70 declaró que la diversidad genética humana entre individuos tomados de una misma población es mayor que aquella observable entre individuos de diferentes poblaciones. Nos interesa en este proyecto enfocar la atención en el trabajo de Juan Comas en relación a la clasificación racial. Por un lado, nos proponemos revisitar y entender su participación en los debates y las declaraciones de la UNESCO; por otra parte, intentaremos clarificar las relaciones entre su combate al racismo, y su uso de categorías antropométricas para conocer a las poblaciones mexicanas. La influencia de Comas en el medio mexicano sin duda marcó la práctica de la antropología física mexicana en las décadas intermedias del siglo XX. Para explorar en el mayor detalle posible dicha influencia, durante el desarrollo de este proyecto contaremos con el apoyo del antropólogo físico experto en historia de la antropología José Luis Vera Cortés. Un segundo estudio de caso se concentra en el periodo de la 'molecularización' de la investigación racial. Este acontecer científico, que se dio a escala internacional, tuvo un peculiar desarrollo en México en manos del genetista Rubén Lisker. La aparicion de técnicas de investigación de la variabilidad biológica en el nivel molecular, y el descubrimiento de algunos sistemas de moléculas particularmente dóciles para servir de marcadores poblacionales y raciales, como el de los grupos sanguíneos y las hemoglobinas, propició que durante las décadas intermedias del siglo XX se diera una migración de las pesquisas sobre la agrupación de la humanidad en razas del gabinete de muestras óseas y las tablas somatotípicas hacia el laboratorio bioquímico, con el consecuente otorgamiento de una primacía inédita al muestreo y búsqueda de marcadores fenotípicos no obvio (no usuales) para construir una nueva objetividad para la clasificación racial. Las investigaciones en torno a las variedades de moléculas de hemoglobina, y de tipos sanguíneos presentes en las poblaciones, indígenas y mestizas, mexicanas representaron una esfuerzo por abrir una ventana a la estructura poblacional de México en su nivel genético, así fuese una muy pequeña. Al mismo tiempo, al movilizar esas técnicas al seno de la pregunta por los componentes raciales de cada grupo de mexicanos, esto se interpretó, como en otros lados, como una recurso nuevo para la contrastación del conocimeinto demográfico, histórico, lingüstico y antropológico, como una bienvenida fuente de objetividad. El grado en que esto último fue, o pudo ser así, es materia de investigación que pretendemos abordar, ya que estas tempranas contrastaciones entre lo genético y molecular por un lado, y lo histórico, etnológico y cultural, por otro, son sin duda una anticipación de los tiempos genómicos en los que nos hallamos inmersos. A partir de la explosión en el abaratamiento y automatización de las técnicas de secuenciación de nucleótidos, que en la actualidad permite la obtención de secuencias completas del genoma de cualquier organismo en tiempos muy cortos, tanto la antropología como la genética de poblaciones humanas se han ‘hiper-molecularizado’. Habiendo aceptado con naturalidad que se cuenta con la secuencia completa del genoma humano, en la actualidad existen incluso empresas que ofrecen servicios de biología molecular a públicos amplios, específicamente para el ‘cálculo objetivo’ de las proporciones de ‘ancestría genómica’ que presumiblemente yacen ocultas en el DNA de cualquier ser humano vivo. No obstante, en este contexto de aparente aceptación unánime de la posibilidad de ‘leer el pasado genealógico humano en los genes’, aún persisten serias controversias en los medios académicos acerca de la objetividad en la postulación de una ‘base biológica de la etnicidad’ o bien, siendo aún más drásticos, de la existencia concreta de ‘razas humanas’. En este complejo escenario, los intereses biomédicos han venido jugando un papel muy importante, que se mezcla de modos interesantes con las añejas problemáticas antropológicas y genético-evolucionistas. En efecto, desde la óptica de la ‘genómica médica’ o ‘medicina genómica’, el hallazgo de variantes nucleotídicas a escala genómica que se correlacionaran con la presencia de susceptibilidades significativamente altas a diversas enfermedades- a su vez causantes de problemas agudos de salud pública en varios países- podría ayudar enormemente a su solución, mediante el diseño de fármacos específicamente diseñados para las poblaciones que albergaran dichas variantes. Pero esta suposición –de ca

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Dirección de Desarrollo Académico, Dirección General de Asuntos del Personal Académico (DGAPA). %%Clasificación racial en la antropología y la medicina mexicanas del siglo XX%%, Proyectos Universitarios PAPIIT (PAPIIT). En %%Portal de datos abiertos UNAM%% (en línea), México, Universidad Nacional Autónoma de México.
Disponible en: http://datosabiertos.unam.mx/DGAPA:PAPIIT:IN405609
Fecha de actualización: 2014-11-06 12:56:34.0
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Para más información sobre los Proyectos PAPIIT, favor de escribir a: Dra. Claudia Cristina Mendoza Rosales, directora de Desarrollo Académico (DGAPA). Correo: ccmendoza #para# dgapa.unam.mx



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