La actividad volcánica ocurre en distintas partes de nuestro país y está asociada a distintos ambientes geotectónicos. El Cinturón Volcánico Trans-Mexicano es la provincia en donde tiene lugar el vulcanismo activo con mayor número de erupciones recientes, como por ejemplo, el volcán Popocatépetl que tuvo erupciones de gran magnitud hace 2,000 y 1,200 años A.P., (Siebe y Macías, 2006) así como su reactivación en 1994 y que continua a la fecha, y el volcán Xitle que hizo erupción hace 1,600 años (Siebe, 2000) y los volcanes históricos Jorullo y Parícutin en el Estado de Michoacán por mencionar algunos (Foshag y Gonzalez, 1956; Luhr y Carmichael, 1985). Esta provincia volcánica atraviesa la parte central de México en una dirección aproximada este-oeste, desde las costas de Veracruz hasta las costas de Nayarit y está asociada a la subducción de las placas de Cocos y Rivera por debajo de la placa de Norteamérica. En particular, en el centro de México, se encuentran varias estructuras volcánicas que forman cadenas montañosas, como por ejemplo la Sierra Nevada, la Sierra de las Cruces y la Sierra Chichinautzin, las cuales conforman los límites de la Cuenca de México en sus porciones este, oeste y sur respectivamente. A pesar de la ubicación geográfica de estas cadenas volcánicas, existen pocos trabajos dedicados al estudio detallado de la estratigrafía e historia eruptiva, a excepción de la Sierra Chichinautzin. En particular, en la Sierra de las Cruces se han llevado a cabo trabajos paleomagnéticos en los que se reportan fechamientos radiométricos (Mooser et al., 1974; Mora-Álvarez et al., 1991; Osete et al., 2000; Romero-Terán, 2001; Mejia et al., 2005) y en los cuales se plantea una migración del vulcanismo de norte a sur. Sólo recientemente se realizó un estudio morfoestructural detallado de la Sierra de las Cruces en donde se describen por primera vez todos los aparatos volcánicos que la constituyen (García-Palomo et al., 2008). Sin embargo, son pocos los datos radiométricos publicados hasta la fecha, considerando la extensión de dicha sierra. La parte sur de la Sierra de las Cruces está representada por los volcanes La Corona y Zempoala, los cuales han sido poco estudiados y se encuentran rodeados por productos del Campo Volcánico Chichinautzin, tanto lavas como depósitos de cenizas y escorias de caída. Los volcanes monogenéticos del Campo Volcánico Chichinautzin ubicados en la intersección con la Sierra de las Cruces suman alrededor de 120 estructuras, aparentemente de distintas edades, ya que presentan varios niveles de degradación (Torres, 2008) y sorprendentemente no han sido estudiados, o solamente se han presentado algunos datos de su composición química (i.e.: Mesa Tabaquillo, Wallace y Carmichael, 1999; Márquez y De Ignacio, 2002). De esta manera resulta de suma importancia llevar a cabo una investigación enfocada al estudio detallado de las estructuras volcánicas y sus productos en esta parte de la Sierra de las Cruces y del Campo Volcánico Chichinautzin, ya que ha pesar de los numerosos estudios que se han realizado sobre el campo monogenético (Martin del Pozo, 1982; Delgado-Granados y Martin del Pozo, 1993; Siebe, 2000, Siebe et al.,2004a y b; Siebe et al., 2005; Wallace y Carmichael, 1999), quedan aún muchas incógnitas como, el inicio del vulcanismo en la sierra, la recurrencia de erupciones en todo este campo, así como el polémico origen del magmatismo asociado al Campo Volcánico Chichinautzin (Verma, 1999; Márquez et al., 1999; Siebe et al., 2004a y b; Meriggi et al., 2008) y la idea generalizada de la migración del vulcanismo de la Sierra de las Cruces que no ha sido comprobada o desechada de manera contundente. En el presente proyecto se elaborará un mapa geológico de esta área (intersección de la parte sur de la Sierra de las Cruces y el Campo Volcánico Chichinautzin) mediante trabajo de campo detallado y fechamientos radiométricos por los métodos de C-14 y 40Ar/39Ar para establecer la distribución espacial y temporal del vulcanismo, tasas de emisión de magmas y composición química de los distintos productos. Adicionalmente, se debe tomar en cuenta la población asentada en los alrededores de la intersección entre estos dos campos volcánicos, así como toda la infraestructura de carreteras (autopista México-Acapulco) y desarrollos turísticos. Solamente el poblado de Huitzilac y la ciudad de Cuernavaca (los más cercanos al área de estudio), en el estado de Morelos, suman un total de 336,320 habitantes (INEGI, 2005), considerando que se han reportado eventos volcánicos tan recientes como de 1600 años AP (Siebe et al., 2000) con la erupción del volcán monogenético Xitle, cuyas lavas sepultaron el asentamiento pre-Hispánico de Cuicuilco, los resultados de este proyecto serán de gran utilidad para la mitigación de los efectos negativos de alguna erupción.

Como ha ocurrido en otros países, la actividad volcánica en México es recordada esencialmente por las tragedias que han acompañado a este fenómeno natural, basta recordar la erupción del volcán Chichón, Chiapas en 1982, en la cual perecieron 2000 personas (Sigurdsson et al., 1984). Actualmente es posible, sino evitar los desastres, sí mitigar los efectos dañinos de la actividad volcánica. Mediante el estudio de las erupciones pasadas y de la historia eruptiva de una zona o de una estructura volcánica, es posible predecir el tipo de actividad en el futuro. La contribución principal de este estudio será establecer la historia eruptiva del área comprendida en la intersección de la Sierra de las Cruces y el Campo Volcánico Chichinautzin, establecer períodos de recurrencia de la actividad volcánica, tasas de emisión de magmas, así como elaborar un mapa geológico detallado de esta zona. Además, considerando que el vulcanismo y tectonismo en el Campo Volcánico Chichinautzin es activo y que en cuyos alrededores existen muchos asentamientos humanos, en donde se llevan a cabo actividades económicas importantes (turísticas, agrícolas y comerciales), los resultados de este proyecto servirán para evaluar los peligros volcánicos, los efectos negativos en caso de una nueva erupción en esta zona, así como para la planeación del uso de suelo.